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Nota Destacada de la semana

A Miguel Culaciati (n.) le gusta utilizar éste título, que tomamos prestado, para nombrar la muestra fotográfica de nuestra ciudad que abarca imágenes que se tomaron entre 1930 y 1940. Y coincidimos, es así la realidad: es imprescindible saber de dónde venimos para poder planificar hacia dónde queremos ir.
El 5 de Marzo se inauguró esta muestra, con imágenes de la colección personal de éste querido amigo y colaborador, quien gentilmente cediera para ser apreciada en el Salón Blanco de nuestra Sede.
Es válido aclarar que Miguel es nieto de un gran intendente que tuvo nuestra ciudad, el Dr. Miguel Culaciati, quien, bajo su cargo, tuvo emprendimientos y logros fundamentales para nuestra ciudad. Desde el comienzo de su gestión dio a conocer su proyecto de encarar la construcción de obras públicas entre las que se incluían la construcción de la avenida costanera en el tramo de Alberdi a La Florida, la pavimentación de Boulevar Rondeau y la construcción de hornos crematorios de basuras. También se planeó la ampliación del Parque Independencia, hecho que se logra con la creación del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, primer museo concebido para exhibir obras de arte en el país. Además, se retoma el proyecto y se habilita el primer tramo de la Avenida Belgrano.
La inauguración de la muestra contó con un público más que importante, en la mesa de charla, Miguel Culaciati (n.) estuvo acompañado por las escritoras Magdalena Aliau y Florencia Lo Celso, así como la Institución estuvo representada por nuestra Vice Presidenta Ing. Alejandrina Booth. Ofrecemos, a través de este medio, algunas de las fotografías que se exhibieron y en la que es posible observar la ciudad de Rosario de aquellas épocas, brindándonos viajar en el tiempo, haciendo nuestra esa realidad.

Esta muestra fotográfica, esta colección, tiene como eje central a nuestra ciudad de Rosario en la década de 1930 a 1940. Espejan ese ADN único, singular, qué tiene Rosario y que a mí personalmente me apasiona poner en valor. Rosario como «hija de su propio esfuerzo». Las imágenes, la arquitectura, las obras públicas y privadas que se pueden observar nos muestran una ciudad que, en apenas cinco décadas, pudo posicionarse entre las más avanzadas del mundo y no exagero al decirlo. Siempre
sugiero cerrar los ojos e imaginarse caminando por aquella ciudad y, en tan poco tiempo, ver semejante progreso en todos los ámbitos.
Sin duda estaban dadas las condiciones necesarias: libertad de comercio,
educación pública gratuita y de calidad, previsibilidad institucional y jurídica, baja presión fiscal, también una calidad de inmigrantes inteligentes, sanamente ambiciosos, pero que también tenían un claro sentido de pertenencia.
Las grandes obras en Rosario tanto en el plano cultural, como en el de la salud, etc., se hicieron en base a filantropía, al deseo que surgía en esos prósperos inmigrantes de colaborar con «la casa de todos». Mi motivación pasa claramente por transmitir ese espíritu magnífico, ese círculo virtuoso que existió en esta urbe que habitamos. Y que, regresar a la historia, en nuestro caso, no es un pasatiempo ni un ejercicio vano o estéril. Rosario es una muestra contundente de que la historia nos puede dar las señales concretas de retomar rumbos totalmente extraviados en la actualidad. Es un honor para mí y para Valor Rosario presentar esta colección en el
querido Club Universitario, institución tradicional que también fue creada a puro corazón y esfuerzo y generosidad por un grupo de pioneros entre los que estaba mi abuelo materno el CPN Norberto Fernández Corti. Agradezco entonces personalmente a las autoridades y socios del Club y muy en especial a Patricio Raffo por haber hecho de nexo para que esta muestra sea posible.