UNIVERSITARIOS por el mundo Reportaje a Facundo Colomba «Faka» – «En las rutas del Rugby»

Con Facundo – Faka o Fakita- Columba pasa lo que pasa con mucha gente de nuestro querido club, todos sabemos de quién estamos hablando, lo hemos visto crecer, conocemos a su familia, sabemos exactamente quién es. Y sabemos que es un tipo de sonrisa franca, afectivo, siempre dispuesto al abrazo y con una gran vocación deportiva. Y sabemos que ama su deporte: el Rugby. Vamos a echar un vistazo a la vida de Facundo. Le hemos pedido que nos cuente su experiencia como deportista que “salió” a mundo de su deporte. Estas son sus palabras, ésta es su experiencia y éste es su relato en el que siempre pone de manifiesto su vuelta a las fuentes, su vuelta a su querido Universitario.

Mi nombre es Facundo Columbra, soy categoría 96. Y a lo largo de mi vida he tenido algunas experiencias, con el Rugby, fuera de nuestro país.

La primera experiencia se sitúa cuándo yo tenía 13 años y nos fuimos a vivir, con mi familia, a España. Si bien volvimos, tuve una primera aproximación con un club de allá. Muy amateur, con muchas divisiones juntas, pero fue mi primer approach a un Rugby que no sea argentino. A través de esta primera experiencia tuve la pauta de que el Rugby no era igual en todos lados.

A los 17 años, junto a Facundo Ortega, gran amigo, también 96, se nos dio la posibilidad, durante el verano, hacer una experiencia en Colorno, Italia, el club en el que era entrenador Cristian Prestera. El contacto lo llevó adelante, nuestro actual Presidente, Andrés Sylvestre Begnis, que por aquel tiempo colaboraba con nuestra división y nos propuso llevar adelante ese proyecto. Viajamos y estuvimos tres meses jugando para la M18 de Colorno y tuvimos una citación para la Academia Nacional, que sería el Plan de alto rendimiento de jugadores de Rugby. Aceptamos y jugamos algunos partidos con esa Academia. Particularmente, tuve una citación para la Selección Italiana M18. Tuvimos una concentración y jugamos un partido contra Irlanda M18, un amistoso internacional. Y ahí tuve la experiencia de “ponerme la camiseta” de una Selección Nacional.

Después de esta experiencia salió la lista del Seleccionado de Rosario M18, que iba a jugar el Argentino de ese año. Y era parte de la lista. Con Facundo, que estábamos en proceso de terminar secundaria y comenzar el primer año de universidad, pensamos que el proyecto Italia iba a ser complejo y pensamos que lo mejor era apuntar a nuestro país. Jugamos el Argentino y salimos segundos contra Buenos Aires, un gran equipo que estaba integrado por jugadores que en éste momento son Pumas. Empatamos 3 a 3 pero ellos fueron triunfadores porque nosotros teníamos “una amarilla”. Continué jugando en nuestro club y tuve la posibilidad de jugar en Primera, particularmente, el Nacional de clubes del 2015. Por ese tiempo, se lesiona “Camilla” y me toca ir de titular pero me lesiono el hombro y luego de la recuperación vuelvo a mi división y así termino el torneo con la M19.

A esta altura, ya estaba con deseos de irme nuevamente. El asunto es que José Méndez había hablado con un representante y se iba a jugar a Nueva Zelanda, en carácter amateur. Y me sumo. Nos facilitaban un trabajo, el alquiler de la casa era muy bajo y podíamos jugar ambos en el mismo club. Luego de un mes, se sumó Sebastián Cedrán. De éste modo hicimos nueve meses en Temuka, al sur de Christchurch, un pueblito muy pequeño pero con un hermoso club, en el que nos tocó jugar con jugadores que habían estado en la Primera división de Francia y otros que habían sido parte de Seleccionados nacionales, que si bien se estaban retirando tenían una calidad deportiva muy por encima de lo tradicional. Y realmente aprendimos mucho y aprendimos que había otro Rugby, “de mucha clase”. 

Sobre el fin de esa temporada me citan para ser parte del Seleccionado de Sud Canterbury. Una especie de sub seleccionado provincial, un M23 de una de las tres regiones de cercanía. Por ese tiempo, Universitario estaba con un torneo muy difícil, en la reclasificación, con algunas lesiones y otras bajas. Con Seba Cedrán no teníamos claro si ir hacia Europa para iniciar una carrera profesional o volvernos. Luego de una charla con Matías Cazenave, que es como un hermano mayor que siempre me ha ayudado y acompañado, pensamos que lo mejor era volver y “dar una mano” desde donde nos toque. Me ficho y jugamos un partido contra Loga, para sostener la categoría, y lo ganamos.

El deseo de tener otra experiencia, particularmente profesional, siempre estuvo presente. Al margen de haberme instalado nuevamente en esta ciudad y en el querido Universitario, siempre se sostuvo ese deseo lograr alguna otra experiencia enriquecedora. En ese tiempo nos toma el Checho Schiavo, como entrenador, debiendo aclarar que es el mejor que he tenido, y disfruté mucho de ese momento deportivo y centré mi búsqueda en afirmarme en la Primera del club. Así es que el 2017 y el 2018 los juego acá. Y sobre el final de ese año me sale la oportunidad de ir a jugar a Torino, al CUS de Torino, al Centro Universitario Sportivo de Torino, que tiene mucha similitud con nuestra institución, muy vinculado a la Universidad.

En el CUS me ofrecen un sueldo, una casa, un auto, jugar para el equipo y estudiar una carrera y elijo Educación Física, que no puedo completar por tener una gran carga horaria en general y por haberme dedicado a entrenar una división inferior. Se trataba de un equipo variado, con gente muy joven, con intermedios, como era mi caso, de 23 años, y algunos jugadores mayores que acompañaban. Hubo un primer tiempo de adaptación y una segunda temporada de importante presencia deportiva en el torneo. A fines del 2019 jugamos un Seven, a nivel universitario, y resulto elegido como el mejor jugador. Y es, justamente, que había unos entrenadores viendo jugadores para llevar a la Selección de Seven de Italia. Finalmente, me citan para una concentración en Rovigo pero me desgarro en el calentamiento de la primera práctica. Voy a recuperación y me reincorporo jugando en un equipo invitación Suizo, 7 Sirs, que esponsoriza jugadores y finalmente salimos Campeones. Pero se venían los Juegos Olímpicos Universitarios, en Nápoles, y quedo como parte de la lista de jugadores pero no pudiendo tomar la opción por no estar bien físicamente.

En el 2019 jugué, con la Selección de Italia, el Seven Internacional de Nápoles y el Seven Internacional de Elche, en España, midiéndonos contra equipos como los de España, Alemania, Rusia, Suiza, Irlanda B, entre otros. En febrero del 2020 se presenta la situación del COVID que se mezcla con una lesión importante. Además, si bien estaba transitando lo que era un sueño, no me estaba divirtiendo, desde el punto de vista deportivo, y cuando se transformó todo en una obligación laboral diría que se perdió la magia. Entiendo que es algo de índole absolutamente personal. Y por supuesto, se extrañan los afectos, los amigos del club, el cruce de sonrisas a cada paso. Y decidí volver.

Desde el 2018 no me ponía la camiseta de Uni. Este año pudimos jugar una parte del torneo afianzándonos como equipo. Y estamos con el deseo de que se abra un poco todo para poder entrar a una cancha y competir.

La experiencia internacional y profesional, desde el punto de vista deportivo, es enormemente enriquecedora: se conoce gente extraordinaria, se viaja, se conocen lugares maravillosos y se aprende muchísimo de esa independencia, de ese estilo de vida. Pero los amigos, mi club, la familia, los viajes con esos amigos que nombro, mi novia, mi ciudad y mi río son maravillosos y es lo que elijo hoy por hoy como forma de vida.