Son muchos los grupos familiares que han hecho crecer a los diferentes deportes de nuestro querido club. Siempre hay un pionero y detrás de ese pionero se va sumando el resto del grupo familiar y su descendencia. Y la pasión se extiende. Los Harte son un claro ejemplo de una familia que tanto ha brindado y sigue brindando al Hockey de Universitario. Podría decirse que la relación viene a través de la comunidad Irlandesa en nuestra ciudad. Santiago Harte, padre, ha sido Presidente de esa comunidad, centrada en el Colegio San Patricio, y que era integrada, entre tantos, por el gran Charlie Young. Y de ese encuentro y de esa amistad, en la que imagino, además, a Margaret y a Beatriz, es que todo viene hasta nuestros días, es decir que, una vez más, el inolvidable Charlie es bandera en la memoria de nuestro Hockey.

 

“Los Harte”, como los llamamos en la gran familia Universitaria, son siete hermanos: Santiago, Daniel Ignacio -Ñaco-, Andrés, María Bea, Ana, Miguel y Benjamín. Hemos convocado a Santiago, el mayor de ellos, para que nos brinde una reseña del paso de esta querida familia por nuestro club. En esta primera entrega, Santiago habrá de centrarse en los primeros tiempos, en los tiempos en que fueron desembarcando en Universitario. Y esta es su hermosa historia.
No recuerdo cómo es que comenzamos con el Hockey pero pienso que fue a partir de San Patricio, en donde estaba Charlie Young y su esposa Margaret. Recuerdo que había un par de profesores, Hercilio Cucco y Ferrazini, y que había cierta relación con Universitario ya que, en una oportunidad, habían llevado un equipo de palos para School Hockey que eran de fibra. Claro que también recuerdo a “Charlito” y a algunas otras familias ligadas a este deporte. Es probable que haya tenido, en ese momento, unos diez años, es decir alrededor de 1980.

 

Como siempre decimos muchos, Charlie ha sido el padre del Hockey y así es que, ya en la etapa de competencia, nos sumamos a Universitario y se armó un hermoso grupo de juveniles que viajábamos a Buenos Aires junto a Buchi, Pablo, Juancho Tomas, entre tantos. Y jugábamos en juveniles, reserva y primera, en un esfuerzo que disfrutábamos. Nos fuimos fogueando y diría que fuimos el primer grupo de juveniles. Y se fue armando esa base tan importante para todo deporte. Y por otro lado, a través de una imposición de “Buenos Aires”, junto a Pablo Maino y Buchi, tuvimos que armar la Escuelita de Hockey. Todo bajo la mirada y el consejo del querido Charlie. Y siempre con el sistema de monitores, que es patente de Uni, que es ir autogenerando entrenadores. Ya desde esa época trabajábamos con un monitor que aprendía y nosotros a su vez aprendíamos de los de Primera. Diría que Universitario es una Escuela de Hockey. Porque se origina de ese modo, generando los propios entrenadores desde las inferiores. Esta modalidad marca un modo de desarrollar un deporte, que hasta hoy se sostiene, claro, a través de los llamados monitores o ayudantes. Realmente es un gran ejemplo que todos llevamos como patente o modo de trabajo.

 

De este modo se fueron sumando jugadores, trabajábamos para que creciera el número de deportistas y de este modo se sumó mi hermano Ignacio y mi hermano Andrés, alguno de mis primos San Dámaso, que eran un poco más chicos, ya que al haber escases de jugadores se formaban “equipos familiares” y todos sumábamos. Así estaban los Ocaña, los Young, los Jalil y nosotros, los Harte, y nos acompañábamos intensamente. Era una época de un Hockey duro, rústico, que hoy no existe más y ha evolucionado a un deporte hermoso cargado de una técnica que, en aquella época, muy pocos tenían.

 

Ya a los 16 o 17 años, jugaba en Primera y entrenaba a menores y sumaba a todos los que podía. De ese modo se sumaron Migue y Benjamín. Y mis hermanas también jugaron en Universitario. Y seguimos convocando a los primos: Sebastián, Agustín, Joaquín, Esteban, que hoy todavía sigue jugando, y Gerardo. Armamos un grupo grande y siempre buscamos el modo de consolidarlo. Un poco, creo, la historia misma de Universitario. Una historia de esfuerzo deportivo y personal para el crecimiento de los deportes.

 

Claramente un hermoso recuerdo es haber compartido la cancha con mis hermanos Ignacio y Andrés. Con Benjamín y Migue no fue posible por la diferencia de edad que tenemos, de más de diez años. Y si bien, los caminos de todos fue diverso, en cuanto al desarrollo deportivo, todos aportamos lo propio para el Hockey de nuestro club. Ignacio y yo fuimos quienes hemos “estirado” todo lo posible nuestra vida deportiva, así como nuestro primo Esteban, que hoy es cardiólogo, y que sigue en contacto con los veteranos.

 

Hay miles de anécdotas que siempre tenemos presentes cuando nos juntamos en familia. Y es que todo es una cuestión familiar: nosotros, Universitario y nuestros hijos, que son los que siguen esta saga de pasión por el Hockey.