Mientras escribo estas palabras está terminando el 2021 y cuando los lectores estén leyéndolas ya será 2022. O sea que estas palabras son una especie de puente que se tiende entre estos años, entre el 2021 que está yéndose y el 2022 que está comenzando. No es idea de esta redacción hacer un balance acerca de lo ocurrido en el año que se retira, todos sabemos de las complejidades con las que hemos tenido que batallar y de todo lo que hemos tenido que poner “en la cancha” para salir adelante. Siempre estamos a prueba, la vida es una prueba permanente, pero este tiempo pasado, es de reconocer, ha sido duro y, para muchos, tremendamente doloroso, doloroso sin fin. Es nuestro deseo extender un abrazo a esas personas que han transitado esos dolores tan fuertes como para que el alma se partiera en dos.
Desde esta hermosa familia, que es el Club Universitario, el abrazo es algo que nos sostiene y nos hace seguir adelante y unidos. Y lo habíamos perdido en apariencia pero no ha sido así en la realidad, los abrazos siempre se sostuvieron, físicamente, a distancia, con la mirada o con el corazón. Nuestro abrazo azul y negro siempre se sostuvo.
Ésta revista virtual ha tenido la hermosa tarea de llevar a los asociados esas cuestiones atemporales de nuestra querida institución. Hemos transitado lo deportivo, lo social, lo histórico, lo administrativo, lo emocional, lo que está en la memoria y lo que habrá de estar en la memoria en un futuro que siempre está llegando. Hemos destacado personalidades “universitarias” mostrando sus ricos pasados, sus experiencias insospechadas, y hemos puesto a la luz esas capacidades de quienes están a nuestro alrededor, aquellos que nos cruzan en cada pasillo o que hacen un asadito a nuestro lado y que, tantas veces, desconocemos la real grandeza de sus trayectorias.
Es deseo agradecer, en esta editorial, a quienes nos han acompañado con sus palabras, con sus fotografías, con sus anécdotas, con sus sugerencias, con su entusiasmo. Hemos tenido columnistas como Alejandro “Pipi” Pascual o Agustín “Vasco” Irurueta o el “Colo” Trumper o el mismísimo Dr. Daniel Salvo, Carlos “Cuckee” Moyano nos acompañó con su asesoramiento permanente, la familia Harte con sus increíbles anécdotas, Charlie Young con su pasado fundamental, la Capitanía de Básquet siempre atenta y dispuesta, la gente del Waterpolo, el querido Esteban “Anchoa” Schiavo, Alejo Vercesi, siempre brindando sus aportes, Pamela Briozzo y sus grandes logros, Gaby Pazos con su afectividad enorme, Gina Riboldi desde lejos, Magín Moliné y el “Bocha” González Fresneda con sus miradas ajustadísimas sobre el Rugby, Pablo Moyano que siempre está cerca para aportar desde la Esgrima, que tantas satisfacciones deportivas nos brinda, el acompañamiento permanente de Alfredo Fasce y tantas otras personas que se han brindado absolutamente y que nos ayudan a “hacer” esta revista.
Y pensar que la idea de la revista viene desde el gran Dr. Fernando Ruíz y sus ideas mirando siempre el horizonte, mirando siempre hacia adelante. Ese gran hombre que sabía de puentes y de esfuerzos y de trabajo y de entrega y de construcciones. Cómo mencioné al principio de esta editorial, mientras escribo estas palabras, el 2021 está yéndose y cuando lean estas palabras habrá llegado el 2022. Espero que éste nuevo año nos encuentre en el abrazo, que también he mencionado, que nos encuentre unidos como siempre, que nos encuentre con la misma pasión por nuestros colores, que nos encuentre mirando hacia adelante, como hacía el querido y recordado Dr. Fernando Ruíz, que nos encuentre en el acompañamiento y en las sonrisas, en el esfuerzo de nuestros deportistas y en la dedicación de quienes llevan adelante los caminos de nuestro querido Club Universitario de Rosario.
Buen año para todos…
Club Universitario Rosario – Sosteniendo Nuestros Valores
COMPROMISO – PERTENENCIA – PASIÓN – SOLIDARIDAD – ESFUERZO
AMISTAD – RESPETO – COMPAÑERISMO – HONESTIDAD